viernes, 4 de noviembre de 2011

El doce cuartos no emitido de 1859

En previsión de un convenio postal entre España y Francia que se tenía pensado firmar a finales de 1859 y que fijaba la tarifa para las cartas sencillas en 12 cuartos, se confecciona una tirada de 2 millones de ejemplares de ese valor. Pero dicho convenio no entra en vigor hasta el 1.º de febrero de 1860, según dictaban las disposiciones del 25 de noviembre de 1859 y la del 11 de enero de 1860 de San Ildefonso, y ese día comienzan a circular los sellos de la nueva emisión que ya contiene un valor propio de 12 cuartos. Entonces se procede a la anulación de estos sellos mediante tres rayas de tinta de imprenta. Otros se encuentran inutilizados con una sola raya de tinta y son los procedentes de las hojas de muestra. Pero también se encuentran sin ninguna anulación y que escapan de la misma por ser los ejemplares que posee el director de la fábrica y que seguramente estaban a su disposición como pruebas. Y algunos otros que pueden provenir de los arcones del despacho del Director General de Comunicaciones, vendidos a finales de 1931 o principios de 1932 a un importante comerciante de la época.

Quizás, en esos arcones también hay pruebas de este sello. O quizás, de alguna forma, aparecen las planchas que permiten realizar una “reimpresión” hacia 1960, que es cuando empiezan a aparecer en el mercado. Son los sellos catalogados como “2ª tirada” que, a pesar de que su presencia en subastas y ofertas es continua actualmente, ni siquiera se menciona su existencia en la obra de Tort (1945), Por ello los ejemplares de esta “segunda tirada” no deberían ser catalogados, en ningún caso, como sellos no emitidos sino como, a lo sumo, una "reimpresión". A mí me gusta mucho un término que he aprendido hace poco y que, no sé el "por qué" me viene ahora a la cabeza. Es un término que usan los franceses para algunos sellos de Andorra: Reimpression "G". Bonito ¿no?

Son muy interesantes e instructivos todos los comentarios que se pueden leer en el Ágora de Filatelia y que aconsejo a todos los interesados en el tema. Allí se explica que se usan los cuños del actualmente catalogado como tipo III de la emisión de 1856 y cómo, al forzar el cliché intentando hacer caber la leyenda: "12 CUARTOS", el filete inferior y el resto del sello se deforma y en muchas ocasiones llega a romperse.

Yo dispongo de un ejemplar nuevo y de otro barrado, que presento a continuación.



Pero también poseo, con sus certificados correspondientes de autenticidad de COMEX y de Roig, e incluso con la marquilla, como no, de Manuel Gálvez, de un ejemplar del que nuestro sorprendente catálogo EDIFIL denomina aún como NE1 (increible, ¿no?, es más, en el catálogo especializado, al menos, aparece el auténtico, pero en el normal, el que compra el coleccionista habitualmente todos los años, ¡ni siquiera aparece el bueno, sólo el falso! perdón, quería decir la reimpression "G"). Ahí va.

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